domingo, 25 de septiembre de 2011

La ninfa enmascarada (David Aquino, 4to. Et. III)


En el templo de los dioses, se daba a luz a dos ninfas. Las ninfas eran hermosas doncellas que amaban cantar y bailar y descritas por ser hijas de Zeus. Se caracterizaban por su belleza y por ser convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo.
Pero en el caso de estas ninfas recién nacidas, ocurrió algo sorprendente. Una de las hijas de la más bella ninfa de todo el reino de los dioses llamada Kathia, era una hermosa doncella como su característica las define, pero la otra hija llamada Lazaira, nació con una belleza inferior al de las demás ninfas del reino de los dioses. Esta belleza inferior se reflejaba ya que las ninfas se caracterizaban por ser bellas, pero esta fue una excepción. Este acontecimiento era algo extraño, ya que la madre de estas hijas, celestial, era la más hermosa de todo el reino de los dioses, con una belleza que sobresalía de todas las demás.
Cuando Zeus fue a reconocer a sus nuevas hijas, se sorprendió al ver a Lazaira, y le pidió una explicación a Celestial, pero ella no le supo contestar. Lazaira estaba en problemas, porque Zeus no quería ninfas sin la suficiente belleza. Por lo tanto Zeus decidió echar a Lazaira y la mandó con las ninfas de la arboleda, donde se encontraban las ninfas más feas.
Las ninfas más lindas se encontraban al lado del palacio de los dioses, estas ninfas eran denominadas las ninfas de las montañas, donde se encontraban Kathia y Celestial. También se encontraban las ninfas de los ríos, las ninfas de los arroyos, las ninfas de las cañadas y las ninfas de las grutas.                                           
 Cuando una ninfa nacía, se las determinaba a que grupo de ninfas les perteneciese, desde las más lindas en mayor número, las ninfas de las montañas, hasta las ninfas de la arboleda, en menor número. Salvo las ninfas de la arboleda, las demás, podían acceder al reino de los dioses, cada una dedicando a una especifica actividad, como bailar o cantar o satisfacer las necesidades de los dioses. Y las ninfas de las montañas eran las únicas que podían acceder al palacio de los dioses, donde eran invitadas a las reuniones que hacían los dioses para establecer las decisiones que tomarían sobre el reino de los mortales.
Cuando Lazaira llegó a las ninfas de la arboleda, las ninfas les preguntaron de donde provenía y quien era su madre. Al escuchar la respuesta, las ninfas marginadas se sorprendieron y se levantó una serie de comentarios entre ellas. Preguntándose, que, como pudo ser, si será verdad. Pero Lazaira herida de dolor por los comentarios, decidió ignorar los comentarios y dirigirse a la copa del árbol más alto.
Mientras tanto, en el palacio de los dioses, Kathia comenzó a preguntarse que será de la vida de su hermana. Entonces decidió ir a buscar una respuesta a su madre, Celestial. La madre le respondió que lo único que sabía era que Zeus la había mandado con las ninfas de la arboleda. Luego, ella, fue a buscar una respuesta con su padre, pero a la vez era imposible hablar con él, ya que no atendía a nadie ni siquiera a sus hijas y esposas, salvo si él lo deseaba. A pesar de que Kathia tenía todo lo que una ninfa de las montañas debía tener, como festines, banquetes, y todo lo que ellas deseaban, es decir tenían los mismos privilegios que los dioses, sentía un vacío en su interior. Entonces decidió ir en busca de su hermana a la tierra de las ninfas de la arboleda. Pero este viaje tenía una serie de obstáculos, ya que durante el trayecto podía haber arpías, y demás seres malignos que podían incluyo terminar con su vida. Por este motivo, le contó su deseo a su esposo, Davinios. Él decide acompañarla en su viaje con sus mejores amigos, que eran guerredios, guerreros del olimpo, defensores del palacio de los dioses. Cuando decidió encaminarse hacia su destino, la madre le preguntó a donde se dirigía, y ella le respondió que iría con Davinios a descansar, pero no sabía si regresaría. Celestial, lo vio como algo normal pero no se detuvo a pensar cuando su hija dijo” no se si regresaré”
Durante el trayecto, tuvo una serie de inconvenientes, como robos que las arpías hurtaban las provisiones de Kathia, Davinios y los guerredios y una varias heridas provocadas por los caminos sinuosos que les tocó.
Cuando se estaban acercando a la arboleda, decidieron acampar cerca de la misma, y esperar a ver si Lazaira se encontraba allí y mantener una conversación  sin que las demás ninfas de la arboleda se dieran cuenta. Pocos más de dos horas acampando, vieron a Lazaira y la llamaron, pero no se hizo escuchar. A la mañana siguiente, como acto del destino, Lazaira decidió escaparse por el lugar donde su hermana estaba acampando. Pero Lazaira se atemorizó al escuchar voces y decidió esconderse detrás de un árbol. Cuando Davinios y sus amigos salieron, ella se asusta, pero detrás de ellos salió su hermana a quien reconoció inmediatamente. Salió de su escondite y le dio un gran abrazo a Kathia.
Decidieron alejarse un poco de las ninfas de la arboleda para hablar con mayor tranquilidad sin que nadie tome noción de lo sucedido. Lazaira sorprendida por el momento que estaba pasando, le preguntó a su hermana que hacia en aquel lugar, y Kathia le respondió que iba a buscarla, pero  Lazaira sabía que era imposible regresar al palacio de los dioses, ya que era fea a comparación de las demás ninfas. El objetivo de este viaje para Kathia era de ver a su hermana y buscar la manera de que ella volviese  al palacio de los dioses con ella, pero no se le ocurría nada. Inmediatamente, Davinios se da cuenta de que Lazaira solo es fea en su rostro, pero tenía un cuerpo idéntico a la de su hermana, es decir un cuerpo fascinante como una de las ninfas más bellas. Entonces se le ocurrió una idea de tapar su rostro, ya que con su hermoso cuerpo debía ser aceptada en el palacio de los dioses. Kathia encantada con la idea comenzó a pensar con que se podía cubrir el rostro de la hermana. Se le ocurrió  una máscara de seda  que no sea transparente, con una abertura a la altura de sus ojos color verde. Esa idea era brillante, ya que en el palacio se permitía andar con velos.
Luego de haber realizado nuevamente la travesía de regreso al palacio de los dioses, arribaron a destino. Kathia le dijo a Lazaira que pase desapercibida y que de igual manera,  siempre iba a estar con ella. Igualmente Lazaira convivía con su hermana y con Davinios. Solo salía de allí cuando había banquetes y festines. Pero poco a poco tomo valor y comenzó a transitar por el palacio con mayor frecuencia. Kathia sabía que su hermana tenía una hermosa voz, entonces le preguntó a Lazaira si no se animaba a cantar frente a los dioses cuando hubiera fiestas o para otros fines. Lazaira lo dudó por un instante, pero finalmente lo aceptó.
Lazaira, siempre cubierta por una mascara de seda, demostró su voz ante los dioses y ellos se quedaron sorprendidos. De inmediato quisieron saber quien era la cantante enmascarada. Zeus se dirigió a ella para preguntarle quien se escondía detrás  de esa mascara, pero inteligentemente Lazaira le respondió que no quería revelar quién era la cantante, para darle más intriga y que en las fiestas todos estén atentos en ella para saber el verdadero rostro. Al dios le sedujo la idea y la aceptó.
Durante años, fue llamada como la ninfa enmascarada, mediante su bella voz y su gran talento. Luego de esto, Lazaira pudo vivir con tranquilidad en el palacio de los dioses sin mostrar su rostro. Sin embargo, ella sentía cierta angustia  por no poderse mostrarse como ella realmente era, pero al menos hacía lo que ella le gustaba, estar con su hermana y cantar.
Kathia hizo algo que ni ella lo podía creer, mantuvo el secreto junto a Davinios y los guerredios. Pudo vivir con la felicidad de saber que tuvo un gran marido y la felicidad de estar con su hermana.

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